Afortunadamente Juan Fernando Quintero hoy está jugando en la Selección Colombia y no fue asesinado como muchos de los jóvenes con los que creció en la comuna 13 de Medellín, donde hace 16 años el Estado colombiano capturó, mató y desapareció decenas de supuestos colaboradores de la guerrilla, junto a fuerzas paramilitares en la operación Orión.
Y cómo no celebrar la presencia de Quintero en la Selección sí es que este gigante del balompié le ha brindado las mayores alegrías al país durante el Mundial de Rusia 2018.
Primero le metió un golazo a Japón de tiro libre y las dos últimas fechas, contra Polonia y Senegal, además de ser el socio ideal de James Rodríguez en el medio campo, metió pases magistrales entre los defensores contrarios para poner a rugir al ‘Tigre’ -Radamel Falcao–. Otro motivo de alegría nacional.
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Sin embargo, no todo en la vida de Juan Fernando ha sido felicidad. Perdió a su padre en confusos hechos estilo Falsos Positivos a sus 48 meses de edad, y cuando tenía nueve años y 277 días, las fuerzas del Ejército Nacional llegaron al lugar donde vivía –la comuna 13 de Medellín– en llave con paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en la nombrada operación Orión y se tomaron el lugar durante tres días en una lucha cuerpo a cuerpo con miembros del grupo insurgente, en medio de la población.
Una de las incursiones militares más fuertes de muchas que hizo el Ejército dentro de la ciudad de Medellín para minimizar la “amenaza terrorista” de la guerrilla en 2002, pero que caló como ninguna otra en la mente de los pobladores por la gran cantidad de agentes que participaron; las ametralladoras, fusiles, helicópteros artillados y francotiradores que usaron; y las detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas y allanamientos ilegales que perpetraron contra la población civil. A 2007 de 355 capturados, sólo dos habían sido condenados.
Es que básicamente durante Orión, un paramilitar encapuchado le señalaba a miembros del Ejército a diestra y siniestra a quien quisiera acusándolo de que era miembro de la guerrilla y este luego era dado baja -confesó el jefe paramilitar alias Don Berna- ante Justicia y Paz- con el objetivo de mostrar los resultados de la política de “Seguridad Democrática” establecida en el gobierno de turno (2002-2006).
Al final la operación fue declarada como exitosa por el Estado, pero en la población dejó fue un ambiente de indefensión y temor, seguido de ausencia gubernamental y suplantación estatal por parte de las AUC, quienes violaron hasta su desmovilización en 2003 los Derechos Humanos. Por ejemplo, aumentaró el desplazamiento forzado, que pasó de “158 personas expulsadas en 2001 a 1.259 personas para el año 2002, el 42% del total de la población expulsada de la ciudad de Medellín ese año”, según recopila el informe La huella invisible de la guerra, desplazamiento forzado en la comuna 13, del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) publicado en 2011.
Para nuestra suerte –sobre todo la de los aficionados al fútbol– Juan Fernando era pequeño para la fecha y no un líder como lo es hoy en las canchas, porque de lo contrario hubiera podido llevar la suerte de muchos líderes de la comuna 13 de aquel entonces, quienes fueron estigmatizados como ningunos otros miembros de la población, y luego amenazados, perseguidos y desaparecidos bajo el argumento de que eran guerrilleros, también señala la investigación.
— Juanfer Quintero (@juanferquinte10) June 25, 2018
Hacía 1992, cuando las Fuerzas Militares llegaron a la comuna, Quintero estaba a solo dos años de entrar a Envigado Fútbol Club (2004-2008) y finalmente entre balones, pobreza y bala logró alcanzar el primer peldaño de su carrera en el fútbol profesional. Posteriormente pasó Atlético Nacional (2011-2012); luego al Porto de Portugal (2013-2014); al Rennes de Francia (2015-2016); a Independiente Medellín (2017); y finalmente donde está hoy, el River Plate de Argentina (2018), con solo 25 años.
Un ejemplo que alienta a muchos jóvenes del lugar donde en un momento de la historia confluyeron las FARC, el ELN, paramilitares, milicias urbanas y bandas criminales, de la mano de una gran ausencia del Estado y una casi inexistente presencia de la fuerza pública que tocó a todos, incluso, al entonces infante Crack.
Por eso luego de que Colombia consiguiera su pase a octavos de final en la Copa Mundo, Juan Fernando envío un mensaje de compañía a toda su “familia y especialmente a toda la comuna 13” en el que recalcó que “no es solo lo malo que muestran, sino que tenemos cosas buenas”. Y sin duda, una de ellas es él, quien pone a vibrar el corazón de millones de colombianos cuando juega con la selección.
❤️C13 ( el socorro ) pic.twitter.com/JeS1aKDSqh
— Juanfer Quintero (@juanferquinte10) June 28, 2018
Aclaración: la Comuna 13 es una zona de Medellín compuesta por 22 barrios y donde Juan Fernando Quintero creció no fue uno de los principales donde la operación Orión se llevó a cabo, pero si estaba cerca, muy cerca.
La fortuna de que a Quintero no lo haya tocado Orión by Vidal Romero | El Tiranosaurio Digital is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.